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Poemas de Amistad Cortos y Bonitos para dedicar a tus amigos y amigas ¡emocionan!

En el mundo de la poesía, la amistad siempre ha sido una fuente inagotable de inspiración. Los poemas de amistad bonitos exaltan la camaradería y lealtad. Son geniales como dedicatorias para amigos y amigas, además de para compartir en fotos de Instagram o en el Día del Amor y la Amistad.

En este artículo, hemos seleccionado 10 famosos poemas sobre la amistad con autor que transmiten grandes sentimientos y emocionaran a tu mejor amigo o amiga con cada uno de sus versos.

poemas de amistad

Poemas sobre la amistad

Ya sea que lo que buscas son unos poemas de amistad cortos o largos, todos ellos transmiten a la perfección el amor hacia los mejores amigos.

Úsalos para escribirles una carta o dedicatoria por su cumpleaños, usarlos en una boda, desearles un feliz día del amor y la amistad, demostrarle cómo de importante es para ti en una publicación de Instagram o comparte las imágenes con poemas en los estados de WhatsApp.

Los poemas de amor y amistad también son útiles para enseñar a los niños la importancia de las buenas amistades, así como a reconocer los falsos amigos.

1. «Algunas amistades son eternas» de Pablo Neruda

Los poemas de amistad de Pablo Neruda son muy frecuentes en su literatura, en este artículo encontrarás varios.

Algunas veces encuentras en la vida
una amistad especial:
ese alguien que al entrar en tu vida
la cambia por completo.

Ese alguien que te hace reír sin cesar;
ese alguien que te hace creer que en el mundo
existen realmente cosas buenas.

Ese alguien que te convence
de que hay una puerta lista
para que tú la abras.

Esa es una amistad eterna…

Cuando estás triste
y el mundo parece oscuro y vacío,
esa amistad eterna levanta tu ánimo
y hace que ese mundo oscuro y vacío
de repente parezca brillante y pleno.

Tu amistad eterna te ayuda
en los momentos difíciles, tristes,
y de gran confusión.

Si te alejas,
tu amistad eterna te sigue.

Si pierdes el camino,
tu amistad eterna te guía y te alegra.

Tu amistad eterna te lleva de la mano
y te dice que todo va a salir bien.

Si tú encuentras tal amistad
te sientes feliz y lleno de gozo
porque no tienes nada de qué preocuparte.

Tienes una amistad para toda la vida,
ya que una amistad eterna no tiene fin.

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2. Para mi corazón basta tu pecho de Pablo Neruda

Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.

Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.

He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eras alta y sonora.
Mi alma es errante y a ti te sigue.

Tu cuerpo, tu risa, tus pies insomnes,
tus manos anchas, tu boca de besos,
son la tierra que daba a mi alma
la amistad que completa sus ojos ciegos.

3. Poema «Amigo» de Pablo Neruda

I
Amigo, llévate lo que tú quieras,
penetra tu mirada en los rincones,
y si así lo deseas, yo te doy mi alma entera,
con sus blancas avenidas y sus canciones.

II
Amigo, con la tarde haz que se vaya
este inútil y viejo deseo de vencer.
Bebe en mi cántaro si tienes sed.
Amigo, con la tarde haz que se vaya
este deseo mío de que todo rosal
me pertenezca.
Amigo,
si tienes hambre, come de mi pan.

III
Todo, amigo, lo he hecho para ti. Todo esto
que sin mirar verás en mi estancia desnuda:
todo esto que se eleva por los muros derechos
—como mi corazón— siempre buscando altura.

Te sonríes, amigo. ¡Qué importa! Nadie sabe
entregar en las manos lo que se esconde adentro,
pero yo te doy mi alma, ánfora de mieles suaves,
y todo te doy… Menos aquel recuerdo…
… Que en mi heredad vacía aquel amor perdido
es una rosa blanca que se abre en silencio…

4. Poema «Amistad» de Octavio Paz

La amistad es un río y un anillo.

El río fluye a través del anillo.
El anillo es una isla en el río.

Dice el río: antes no hubo río, después solo río.
Antes y después: lo que borra la amistad.

¿Lo borra? El río fluye y el anillo se forma.
La amistad borra al tiempo y así nos libera.

Es un río que, al fluir, inventa sus anillos.
En la arena del río se borran nuestras huellas.

En la arena buscamos al río: ¿dónde te has ido?
Vivimos entre olvido y memoria:

Este instante es una isla combatida por el tiempo incesante.

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5. «Cultivo una rosa blanca» de José Martí

Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero,
para el amigo sincero
que me da su mano franca.

Y para el vil que me arranca
el corazón con que vivo
cardo ni espina cultivo,
cultivo una rosa blanca.

6. «Amistad» de Carlos Castro Saavedra

Amistad es lo mismo que una mano
que en otra mano apoya su fatiga
y siente que el cansancio se mitiga
y el camino se vuelve más humano.

El amigo sincero es el hermano
claro y elemental como la espiga,
como el pan, como el sol, como la hormiga
que confunde la miel con el verano.

Grande riqueza, dulce compañía
es la del ser que llega con el día
y aclara nuestras noches interiores.

Fuente de convivencia, de ternura,
es la amistad que crece y se madura
en medio de alegrías y dolores.

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7. «Amistad» de Jorge Luis Borges

Este poema ha sido atribuido a Jorge Luis Borges.

No puedo darte soluciones para todos los problemas de
la vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y compartirlo contigo.

No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites estaré junto a ti.

No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes
y no caigas.

Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.

No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me
lo pides.

No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes
actuar, pero si te ofrezco el espacio necesario para
crecer.

No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te
parta el corazón, pero puedo llorar contigo y recoger
los pedazos para armarlo de nuevo.

No puedo decirte quién eres ni quién deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.

{…}

Basta que me quieras como amigo.
Entonces entendí que realmente somos amigos.

8. «A un amigo» de Mario Benedetti

Por los amigos muertos
el dolor de un adiós o una espada
te inventa el corazón,
y te puebla la sangre de preguntas.

Un amigo no muere del todo
sino cuando lo olvidan;
si está en tu memoria
es que está en tu camino o a tu lado.

Muertos son los que fueron
más allá de sí mismos,
muertos son los que nunca
miraron a los ojos de un perro.

A los amigos no hay que llorarlos,
se les debe cantar
y si posible es,
que el canto sea regocijado.

No están tan solos
nuestros amigos muertos
porque los sostienen
tantas manos invisibles.

No están tan solos
porque tienen los hijos
que hubieran tenido
y los nietos y bisnietos que quisieran.

Esos amigos muertos
son un nosotros que aún no termina,
porque ese ser querido,
no es un punto final,
sino una pausa en la eternidad.

Perdónales, si acaso
vuelven la espalda,
no saben lo que hacen.

Si alguna vez por cualquier circunstancia,
vas a llorar un rato,
llora por los amigos muertos.

Luego, quédate quieto,
escucha cómo llegan
desde su infinito
y hacen un corro de celestiales risas.

No quieren que los llores
en exceso,
quieren que los recuerdes
con alegría.

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9. «La amistad es amor» de Pedro Prado

Un poema que trata sobre el amor y la amistad.

La amistad es amor en serenos estados.
Los amigos se hablan cuando están más callados.
Si el silencio interrumpe, el amigo responde
mi propio pensamiento que también él esconde.

Si él comienza prosigo el curso de su idea;
ninguno de nosotros la formula ni crea.
Sentimos que hay un algo superior que nos guía
y logra la unidad de nuestra compañía…

Y nos vemos llevados a pensar con hondura,
y a lograr certidumbre en la vida insegura;
y sabemos que encima de nuestras apariencias,

se adivina un saber más allá de las ciencias.
Y por eso yo busco el tener a mi lado
el amigo que entienda cuanto digo callado.

10. «Ni él, ni yo» de Cecilia Casanova

Un poema sobre los amigos especiales.

Ni él
ni yo
nos dimos cuenta
que nuestra amistad estaba llena
de recovecos
Traducirla
habría sido
sacrílego.